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¿Ya somos ricos herederos?

Marga: “Paco.”

Paco: “¿Qué?”

Marga: “Ahora que vendemos la casa de Prádena y por fin somos ricos herederos, ¿nos hacemos un viajecito los dos juntos? Me encantaría.”

Paco: “Vale. Me gusta la idea. ¿Dónde quieres ir?»

Marga: “Pues no sé… A ver, qué sitios he querido conocer siempre… ¡Maldivas! Siempre he querido ir a bucear a las Islas Maldivas… Alaska. Tengo muchas ganas de conocer Alaska, ver la aurora boreal, pescar un salmón, hacer una excursión de esas que duermes una semana en tienda de campaña y ves osos…”

Paco: “Ya. ¿Y algo más cercano y baratito? No sé, un fin de semana en París o un puente en la Toscana… ¿No querías llevarme a conocer Cabo de Gata?”

Marga: “¡Ay Paco, qué triste eres! Ahora tenemos tiempo y tenemos dinero, vamos a hacer una locura.”

Paco: “¿Tiempo y dinero? ¿De dónde sacas eso?”

Marga: “Con la venta de la casa nos sacamos un buen pellizco.”

Cuándo llega el dinero

Paco: “Pues no sé de donde lo sacas. Yo creo que hasta que no vendamos el resto del patrimonio no nos queda mucho, la verdad. Entre los impuestos, los honorarios, lo que hay que dejar para ir pagando las comunidades de los pisos y los garajes… A mí no me parece que nos quede mucho. Y yo no sé tú, pero yo tengo deudas que pagar.”

Marga: “No sé. No he hecho números, pero yo creí que ya nos tocaba coger algo de pasta.”

Paco: “Pues mira, tenemos que pagar el impuesto de plusvalía por la venta de la casa, que ya ha pasado más de un año desde que el tío falleció…”

Marga: “Pero nos dijeron que era poco, al haber pasado solo un año…”

Paco: “Sí, pero algo hay que pagar. También, como hemos vendido por un precio más alto que el que pusimos al hacer la escritura, tendremos que pagar algo en la renta…”

Marga: “Sí, ya. Pero también ha sido poco, así que no nos puede salir mucho a pagar.”

Paco: “Bueno, por poco que sea, es algo más que hay que pagar y prefiero tenerlo reservado, que luego no me gusta andar justo. También hay que reservar dinero para ir pagando la comunidad del piso de Madrid y de los garajes, que parece poco, pero son casi 250€ al mes.”

Marga: “Bueno, pero eso se deja ya apartado en la cuenta bancaria que hemos abierto entre todos y no se reparte.”

Los honorarios del abogado

Paco: “Sí, sí, pero es dinero que no nos llega a nosotros. Y ten en cuenta que de ese dinero tenemos que pagar a Maca sus honorarios. Aunque se ha portado muy bien y se ha esperado a que nosotros pilláramos pasta, me parece feo no ir pagando en cuanto podamos. Además, yo os iba a proponer a todos que tuviéramos un detalle con ella, que la verdad es que se ha portado…”

Marga: “Mira Paco, me parece muy bien pagarle sus honorarios. Y si hay que tener un detalle con Maca, ya lo tendremos cuando todo esto se termine, pero no voy a dejar de hacer un viaje por “tener un detalle con Maca” y si tu no quieres venirte de viaje conmigo, pues me iré yo solita. Que parece que solo pones pegas. O ya encontraré alguien que se venga conmigo…”

💭  Paco: ¡Upsss! En algo eh metido la pata, me temo…

Paco: “Espera Marga. No te marches. Vamos a hablar. Si claro que me quiero ir contigo de vacaciones…”

Marga: “Pues hijo, no lo parece. Todo son pegas.”

Paco: “De verdad que no. Pero es que a mí no me da ni el dinero ni el tiempo ahora mismo para los viajes que propones. Más de 500 o 600€ no me puedo gastar y ahora empiezan a salirme proyectos de lo mío y no puedo dejar pasar la oportunidad, después de tantos meses sin trabajo… Me apetece mucho una escapada contigo. No sé, ir a algún sitio romántico…”

Marga: “Es que a mí me apetece mucho escaparme, pasar los dos juntos una temporada lejos de todos estos líos…”

Paco: “A mí también. Pero me apetece tener algo de dinero para poder irnos a vivir juntos en una casita que sea nuestra, tener una estabilidad económica…”

💭  Marga: Justo cuando quiero asesinarlo, sabe utilizar el argumento preciso para que quiera comérmelo a besos…

Marga: “Bueno, renuncio a la super aventura que quiero, pero solo por lo de buscar una casa para los dos. Pero de lo del detallito con Maca, no me vuelvas a hablar. ¿Vale?”

¿Ya somos ricos herederos?2021-01-29T10:36:31+00:00

Cita en el juzgado por la venta de la casa de Prádena

Paco: “Pues no, hija no. Estás muy equivocada. Tú te estás imaginando que el juicio ha sido algo así como los que salen en las pelis americanas, y nada que ver. Aquí no sale Tom Cruise gritando a Jack Nicholson que diga la verdad. Ni tan siquiera ha gritado nadie eso de ¡Protesto!”

Marga: “Bueno, ya sé que aquí no se trataba de un tema muy serio… Pero digo yo que ir a juzgado será algo que impone ¿no?”

Paco: “Pues mira, tampoco. Vas a un edificio en el que en uno de los pisos hay juzgados y en otros hasta empresas privadas. Esperas mucho rato en unos pasillos muy feos y desangelados. La sala de vistas no es más grande que un dormitorio. No ves a jueces o abogados con pelucas ni birretes, como mucho alguna toga… Lo único que te sorprende es la cantidad de papeles que hay por todas partes…”

Marga: “Bueno, pero cuéntame todo, desde el principio. Que tengo mucha curiosidad. Yo nunca he pisado un juzgado.”

Paco: “Pues a ver. Ayer quedamos con Maca… Por cierto, que mona es esa chica, y que maja…”

Marga: “Ya, ya. Puedes ahorrarte esos detalles…”

Paco: “ … y nos explicó todo. Que no olvidásemos llevar los DNIs, que los testigos nos quedaríamos fuera hasta que nos llamaran, cómo teníamos que responder, que si no entendíamos algo que preguntáramos, que no respondiéramos a nada que no nos pregunten directamente… Bueno cosas de esas. Pero sobre todo insistió en que nos atuviéramos al argumento principal: la casa de Prádena. Como la herencia queda dividida entre muchos propietarios, nadie vive allí y todos queremos venderla. El precio que nos dan es del valor de mercado y es la mejor solución para todos y, por supuesto, para Carlitos.”

Marga: “ Vale, eso fue ayer. ¿Y hoy?”

¿Funciona el juzgado como en las películas americanas?

Paco: “Pues nada, hoy hemos quedado en la puerta de los Juzgados a las 10 de la mañana, estábamos citados a las 10 y media. Hemos ido llegando, Maca, la procuradora, Carmen, Carla y yo. Una vez que estábamos todos, hemos subido y Maca y la procuradora se han metido en la secretaria del juzgado y nos hemos quedado en los pasillos charlando. Al rato han vuelto, cada una con su toga, y nos han dicho que nos lo tomáramos con paciencia, que entraban en ese momento los del juicio de las 9 y media y que teníamos otros 3 juicios delante. Hemos aprovechado para repasar la historia que teníamos que contar, aunque no era difícil pues no es más que la verdad y a esperar.”

Marga: “Y tanto rato en los pasillos, ¿habréis visto a alguien famoso, algún político o un empresario de esos que tiene tanto juicios?

Paco: “Ja, ja, ja… Pues no, allí solo se ve gente muy normal. Parece ser que en esos juzgados solo se llevan temas así. Cosas de incapacitaciones y esas cosas.”

Marga: “Esto está siendo mucho menos interesante de lo que me imaginaba. Pero bueno sigue. ¿Cómo ha sido el juicio?”

Paco: “Bueno, antes de que nos tocara entrar, la procuradora nos ha pedido a todos los carnets de identidad, se los hemos dado y ella se los ha dado a una funcionaria. Luego han entrado Maca, la procuradora y Carmen. Como nos habían dicho, el tasador y los dos testigos nos hemos quedado fuera.”

Marga: “¿Entonces no has visto el juicio?

Paco: “No todo. Solo desde que me han llamado y he podido entrar.”

Marga: “Pues que mal, ¿no?”

Paco: “Bueno, es lo que hay.”

Marga: “Anda sigue. ¿Qué ha pasado después?

Paco: “Han llamado al tasador, y 5 minutos después, me han llamado a mi. He entrado, me han hecho ponerme de pie, en el centro de la habitación, frente a la jueza, me han pedido mis datos y me han empezado a hacer preguntas.”

Marga: “¿Así, sin más? ¿No te piden que jures decir la verdad? ¿Te subes a un estrado o algo? ¿No hay biblia para jurar?”

Paco: “Pues no, ya te he dicho que no se parece en nada al cine. Bueno sí he tenido que prometer que diría la verdad y que no tenía interés en el pleito, pero sin ninguna solemnidad…”

Marga: “¿Y cómo es la sala de juicios? ¿Hay público?

Paco: “Salvo los interesados, la juez, un par de funcionarios y la fiscal, no había nadie, y tampoco hubiera cabido nadie más…”

Marga: “¿Tan pequeña es?”

Paco: “Como este salón tuyo. Una mesa alargada donde está la juez y la secretaria con dos mesas a los lados de ella. En una la fiscal y en otra Maca y la procuradora, un micrófono en frente de la juez, a pocos pasos, y dos bancos detrás. Todo muy funcional, feo y algo viejo.”

Marga: “¿Y que te ha preguntado la jueza?”

Paco: “Ella solo lo de prometer decir la verdad y eso de si conozco a las partes y si tengo interés. Lo demás me lo ha preguntado Maca y ha sido solo lo que preparamos ayer. Luego ha entrado Carla. El procedimiento ha sido el mismo. Después Maca ha dicho que se ratifica en la demanda y la fiscal que no se opone.”

La resolución de la sentencia

Marga: “¿Y habéis tenido que esperar mucho para la sentencia?

Paco: “No. Parece que la sentencia es por escrito y se la mandan a la procuradora. Hemos terminado en el juzgado y nos hemos ido a tomar un café todos juntos. Dicen que no tardarán menos de diez días.”

Marga: “Y yo que tenía envidia de poder ir. Me parece que Carmen me ha hecho un favor. Aunque me parece raro que os lo pida a Carla y a ti y a mí no me diga nada.”

Paco: “Hija, ella sabe que has currado mucho en la herencia, y no habrá querido liarte más.”

Marga: “No sé. Para mí que hay algo más, pero bueno, son cosas mías…”

Paco: “No te preocupes, si habrá que hacer otro igual para el piso de Madrid cuando salga un comprador. Se le dice a Carmen y seguro que te llama sin problema para que vayas al juzgado.”

Marga: “¡Quita, quita! Por lo que has contado, menudo rollo. Prefiero no ir. Que te llame a ti, ya que os lleváis tan bien.”

Paco: “Marga, definitivamente no te entiendo.”

💭 Marga: No, si ya sé yo que este no me entiende, pero a Carmen, la entiendo yo muy bien, menuda es esa…

Marga: “Bueno, déjalo. Lo importante es que parece que en breve podremos hacer la venta de la casa de Prádena. Otro pasito más. A ver si terminamos esta herencia.»

Cita en el juzgado por la venta de la casa de Prádena2021-01-25T12:41:01+00:00

Visita a la casa del tío Marciano: un viaje al pasado

Marga, ataviada con sus vaqueros más viejos y una camiseta blanca con publicidad de Mirinda de los años ochenta, con evidentes manchas de polvo, fuma un cigarro recién liado. Está sentada en el escalón de la entrada de la casa de su difunto tío en Prádena. Se siente muy cansada y le duelen las manos y los riñones de mover tantos muebles.

💭 Joder, ya podían estar ayudándome algunos de los primos o de mis hermanos. Luego, seguro que todos van a querer ser los primeros en escoger lote. Pero vamos, que lo llevan claro. Poca cosa hay aquí que valga la pena.

De todas formas, ¿quién me manda a mi meterme en estos líos? Si viene el tasador, le abro y me marcho… Pues no, que nadie se preocupe, ya que voy, yo me ocupo de echar un vistazo, ver si hay cosas de valor que se puedan vender y con el resto hacer lotes de los recuerdos para repartirlos o mirar lo que se puede ir tirando… ¡Esto es trabajo para toda una cuadrilla!

No sé. Lo mismo mi madre y mis tías encuentran cosas que querrían conservar donde yo solo veo basura. Pero tampoco nos podemos eternizar. El de la agencia ha sido muy claro: para vender la casa, hay que vaciarla.

La verdad es que es más fácil decirlo que hacerlo. ¡Qué cantidad de cachivaches se puede llegar a acumular en una vida! Y total ¿Para qué tío Marciano? Para que ahora llegue una sobrina, que apenas te conocía, a decidir que todo se vaya a la basura. Y, desde luego, hay objetos que tuvieron que costar una pasta. Y otros que seguro que te llevaste de Alemania a Venezuela y luego a Prádena. Pero ni esos valen hoy nada. ¿Quién va a querer hoy una máquina de escribir electrónica Canon de los años 80? ¿Un museo? No creo. Y seguro que a ti te dio mucho servicio, pero hoy en día con los ordenadores…

Fíjate, lo que me da más pena tirar, son tus cartas. Tranquilo, no se las dejaré ver ni a mi madre ni a las tías. Creo que me las quedaré yo. Al final, el famoso misterio de tu soltería tenía la respuesta más obvia. Ellas, las pobres, nunca entenderán como un hombre tan guapo, cabal y con dinero como tú, nunca se casó. ¡Ay si hubieras vivido otros tiempos! Hoy en día habrías podido casarte con ese venezolano tan guapo.

Y mira, por un lado, me siento mal, entrometiéndome así en tu vida íntima. Pero por otro, veo que estoy empezando a conocer a mi benefactor. Sí, sí, mi benefactor. Tu herencia me está llevando por la calle de la amargura, pero tío, el dinerito que nos has dejado, me va a suponer una tabla de salvación. No es que salga de pobre, pero me va a dar para tener unos ahorrillos o aguantar una temporada. Bueno, todavía no sé cómo lo invertiré, pero me da una cierta tranquilidad en una época muy dura.

Seguro que creías que nos dejabas más, pero no, parece que no es tanto. El agente inmobiliario y el tasador que han visto esta casa, nos han bajado mucho los humos. Que si esta casa es un capricho con un mercado muy limitado… Que si es poco práctica… Los materiales son viejos… La caldera eléctrica es poco eficiente y cara…

Bueno, en parte, parece ser que es bueno que el tasador le ponga un precio bajo, así parece que será más fácil lo del permiso judicial para Carlitos. Pero espero que no sea un precio tan bajo como dicen. Según Maca, la abogada… (sí tío, hasta una abogada hemos tenido que contratar para tramitar este pequeño lío que nos has dejado…) Bueno, pues según ella, los agentes inmobiliarios, siempre tratan de que bajes el precio para vender rápido. Esperemos que sea eso. Ahora, con el piso de Madrid no nos han puesto tantos problemas. ¡Qué vista tuviste! Por lo que he visto en los papeles, compraste bien barato ese piso tan majo.

Esa es otra, por cierto. A ver qué nos encontramos allí. ¿No tendrás tantos trastos como aquí? Espero que no.

Por cierto, tengo que alabarte el gusto. A lo largo de tu vida compraste algunas cosas bien bonitas, sobre todo algunos objetos que parecen indios, supongo que de tu estancia en Venezuela. Y la casa la dejaste bien acogedora. Mira que desde fuera no lo parece. Supongo que tu vida debió de ser toda un poco así; no querías que nadie viera como eras en realidad.

Mira, he empezado quejándome y tengo que terminar reconociendo que este lío me está permitiendo conocerte, y resulta que me caes bien. Ahora me da pena no haberte frecuentado cuando estabas vivo.

Bueno, que ya me he terminado el cigarro y si sigo me fumo otro y no termino nunca. Solo una cosa más; gracias, tío Marciano.

Visita a la casa del tío Marciano: un viaje al pasado2020-11-23T08:57:02+00:00

La compañía de seguros: de sueño erótico a pesadilla

Como decía Estopa, era una tarde tonta y caliente, de esas que te quema el sol la frente. Marga baja la calle, a paso rápido y firme. Sus tacones de doce centímetros se oyen desde lejos. Su apretada falda de tubo la obliga a dar pasos cortos y contonear las caderas. La blusa de seda, casi transparente, deja adivinar las curvas de su cuerpo. Su melena azabache recién arreglada en la peluquería se mueve acompasada con su cuerpo. Está guapa, y lo sabe. Se siente como Lauren Bacall en una película de los 50. Joven, elegante e irresistible. 

Se detiene ante el portal de uno de esos edificios señoriales que todavía quedan en Madrid; entrada para carruaje de caballos y escalera de mármol. Sube al ascensor; reja negra, madera, espejos y hasta un precioso sillón tapizado en terciopelo rojo. Se detiene en la tercera planta. Saca de su minúsculo bolso una llave con la que abre la cerradura de una enorme puerta de madera y entra en un enorme recibidor. Techos muy altos, decoración moderna y luces indirectas que iluminan un enorme acuario. Atraviesa el recibidor y se encamina por un enorme pasillo, conoce la casa perfectamente.

Con absoluta seguridad corre la puerta del dormitorio en cuya cama se adivina el cuerpo de un hombre. Ella se desnuda en silencio y, sigilosamente se introduce en la cama abrazando por la espalda el cuerpo del hombre que está de costado. Una increíble sensación de paz y tranquilidad se adueña de ella al notar el calor de su compañero que, inmediatamente se convierte en un deseo irrefrenable de besarlo y abrazarlo. 

Él se despierta, ronronea, casi imperceptiblemente y se gira para mirarla, cuando Marga, al ver su cara da un grito horrible… 

La relación con la compañía de seguros

Paco: “¡Coño Marga! ¿Qué pasa? ¿Estás bien?” 

Marga con la respiración acelerada y la voz entrecortada: “Perdona Paco. Creo que he tenido una pesadilla. Sigue durmiendo.” 

Paco: “Joder, no sé si voy a poder. Menudo susto me has pegado. ¿Tan horrible era?»

Marga: “Pues no sé si puedo contártelo. Todavía no lo tengo muy claro. No tiene ninguna lógica.” 

Paco: “Es que no tiene que tenerla; es un sueño. No te preocupes, ya se ha terminado.” 

Marga: “Es que es muy fuerte, he soñado con el tramitador de la compañía de seguros…” 

Paco: “¿El cabrón ese que no paraba de pedirnos documentación y ha tardado dos meses en dar el dinero para pagar los impuestos”? 

Marga: “Sí, ese.” 

Paco: “Pues  que invitas a gente rara a tus sueños.” 

Marga: “Pues lo peor es que me metía en la cama con él.” 

Paco: “¡Pufff! Sí que tienes mal gusto, primero conmigo, que mira que soy feo y luego con ese, que además de feo, es mala persona.” 

Marga: “No hagas chistes, que lo he pasado muy mal al ver que era el de la compañía de seguros.” 

Paco: “Hija, qué quieres que te diga. Estás en mi cama contándome que tienes sueños húmedos con otro… o me lo tomo a chiste o me cabreo, y prefiero tomarlo a risa…” 

Marga: “Pero, como me da a mí por soñar con ese tío…” 

Paco: “¿Te parece raro tener pesadillas con él? Pues a mí no tanto. Nos ha hecho presentarle hasta 3 veces la misma documentación. Ha obligado a que todos los herederos pasáramos por el banco a firmar. Ha mandado el poder de tu hermana a la asesoría jurídica y ha retrasado todo el trámite cerca de un mes con esa excusa. Le hemos tenido que llevar el impuesto de sucesiones, nos ha puesto pegas y nos ha obligado a rehacerlo. Ha obligado a todo el que no tenía cuenta en su banco a abrir una, con todas las comisiones del mundo y nos ha cobrado 300€ por hacer todo eso… Una pesadilla con él me parece poco, yo he soñado que lo asesinaba…” 

Marga: “Ya, si ha sido un calvario el tramitador de la compañía de seguros. Pero soñar que me meto en la cama con él…” 

Paco: “No te preocupes, ya se ha terminado todo eso. Ahora, nos tocan otras pesadillas, pero esas ya han terminado.” 

Marga, se abraza a Paco, apoyando la cabeza sobre su pecho y, ahora sí, siente el calor reconfortante de su cuerpo y logra conciliar un tranquilo sueño. 

La compañía de seguros: de sueño erótico a pesadilla2020-10-16T08:21:37+00:00

Herencia de sobrinos vs herencia de hijos: ¿Hay diferencia?

Olga: “A ver bonita, me lo explicas despacio o no lo entiendo. En menos de 6 meses pasas de ser la solterona empedernida y pobre de pedir a rica heredera que piensa en irse a vivir con un hombretón segoviano. ¿Y dices que no ha cambiado nada en tu vida?”

💭 Joder, visto así…

Marga: “Pues mira, ni yo era solterona empedernida, ni pobre de pedir. Es verdad que no buscaba pareja, pero nunca me he negado a que surgiera lo que fuera y aunque no he dicho que fuera pobre de pedir, tampoco es que por el momento tenga dinero, sigo en paro y algún día me llegará algo de la herencia del tío Marciano.”

Olga: “Anda que no te he escuchado veces decir que no querías un novio ni en pintura. Que ligar era un rollo y que el estado ideal de una mujer era la soltería.”

💭 No, si ahora me toca tragarme mis palabras…

Marga: “Una dice muchas tonterías después de beberse cuatro cañas. Pero no espera que sus amigas se las tiren a la cara a la primera de cambio. Estando sobria y en mis cabales siempre decía que a lo que no estaba dispuesta era a ponerme a buscar pareja. Al menos de manera presencial, que el Tinder no cuenta.”

Olga: “Oye, que no lo veas como una crítica. Me alegro mucho por ti, Paco es un tío cojonudo. Te merecías ya un tío que te quisiera. Y lo de la herencia además de envidia me alegra mucho también. Has estudiado y currado mucho en esta vida como para estar pasando estrecheces. ¡Tuviste muy mala suerte con el cierre de la empresa! Que ahora heredes un dinerillo es un acto de justicia poética, me parece a mí.”

Marga: “Bueno, más me vale lograr un curro rápido. Lo de la herencia, veremos cuando llega y cuanto llega.”

La herencia del padre de Olga

Olga: “¿Pero todavía no lo habéis resuelto? Yo lo de mi padre ya lo resolví todo. Total, tampoco es para tanto. Claro que el pobre no dejaba nada y todo se lo hemos dejado a mi madre.”

Marga: «Pero si tu padre falleció hace nada y, solo la declaración de herederos se lleva un mes y pico; entre que no te dan el certificado de defunción hasta pasados 15 días, firmas y que lo publican no sé dónde durante un mes…»

Olga: “Ya, pero es que mi padre dejó testamento. Uno de esos en que deja todo a mi madre en usufructo. No hemos tenido que hacer eso de la declaración de herederos. Mi hermano y yo solo recibimos la nuda propiedad, que es como no recibir nada hasta que fallezca mi madre.”

Marga: “Bueno, pero organizar lo de la escritura de herencia os habrá llevado un tiempo, que además tu hermano habrá tenido que venir de Londres.”

Olga: “Pues no hemos tenido que hacer escritura. Como te digo se lo hemos dejado todo a mi madre. Solo hemos tenido que liquidar los impuestos.”

Marga: “Y esa es otra, ¡pagar los impuestos! Si tu padre no dejó efectivo, os habrá costado sacar el dinero de algún sitio.»

Olga: “Pues tampoco ha sido para tanto. El impuesto de sucesiones ha salido casi exento, y el de plusvalía ha sido poca cosa, como la casa de Madrid es alquilada, solo era la casa de Prádena y allí se paga poco.”

Marga: “Entonces, tú ahora no recibes nada ¿no?”

Olga: “Pues no, todo queda para mi madre. Pero salvo el gestor, casi no hemos tenido gastos. El reparto de lo poco que hay, se hará cuando fallezca mi madre.”

Marga: “Hija, pues qué suerte. Nosotros llevamos un lío que no veas. Y sí, algún día recibiré un dinero, pero no veas que trabajo llevamos hecho. Parece que heredar de padres a hijos es mucho más fácil y más barato que heredar de un tío de América.”

Herencia de sobrinos vs herencia de hijos: ¿Hay diferencia?2020-09-22T09:56:26+00:00

La aprobación judicial de la herencia

Pues aquí estamos otro verano más, las tres mosqueteras de vacaciones en Cabo de Gata. ¡Qué gustito da! Las tres tomando el sol en Calahiguera, después de un buen snorkel, una maravillosa comida y unos mejores gin tonics. ¡Ya podía ser todo el año así!

📲 Ring, ring…

Mierda, el teléfono. Debería estar prohibido que en un sitio como este hubiera cobertura.

¡uy, que alegría, si es Paco!

👥

Marga: “Hola Paco. ¿Cómo estás?”

Paco: “Hola cariño. Yo muy bien. ¿Y tú?”

💭 ¿Cariño? Odio que me llamen así. ¡A ver si este me ha salido un cursi de esos… cari, amor… ¡Qué horror, por favor!

Marga: “Bien. ¿Quieres que te dé un poco de envidia? Tumbada en un balancín, viendo el mar, con una copa en la mano…»

Paco: “Deja, deja, no sigas. Aquí hace un calor que no veas, ni a la sombra de un árbol se soporta. Además, no te llamo para eso. ¿Cuándo vuelves?”

Marga: “¿Me echas de menos? Tranquilo, en 5 días estoy de vuelta, antes de que acabe agosto.”

Paco: “No es eso… bueno si… o sea, que tengo algo que contarte, pero no sé si esperar a que vuelvas o contártelo ya…”

💭 ¡Upss! Qué mal pinta esto…

Marga: “Pues mira tío, ya que has empezado, no quedan más narices que contarme sea lo que sea. No me vas a dejar con la duda ¿Verdad?”

Paco: “Tampoco es que sea muy grave lo que ha pasado y a lo mejor te amargo las vacaciones con tonterías, pero creo que debes saberlo.”

Marga: “Paco, por favor, arranca de una vez y dime lo que me tengas que decir.”

Paco: “Vale. Ya sabes que la prima Carmen se quedó sin casa en Prádena. Tuvo que venderla. La pobre, con Carlitos a cuestas, tiene muy difícil salir de vacaciones. Así que se ha venido a pasar unos días a mi casa…»

💭 A ver… ¿Qué está pasando aquí? Esto cada vez pinta mucho peor…

Paco: “Y claro, estos días hemos estado mucho tiempo juntos, hemos tenido tiempo de conocernos, hablar…”

💭 Pues nada, que me van a notificar por teléfono que soy una cornuda… ¡Tócate las narices! Mira tú la mosquita muerta de Carmen… y este, que empieza llamándome “cariño”…

Marga: “Paco, por favor al grano…”

El permiso del juez

Paco: “Bueno, pues que entre las cosas que me ha contado está el tema de cómo es esto de la aprobación judicial de la partición de la herencia y lo de pedir permiso al juez para vender los bienes y, ¡no sabes el jaleo en el que estamos Marga! Me ha dejado jodido…”

💭 Definitivamente este chico no sabe contar las cosas. Le falta esa habilidad social. O no sé, a ver si es que yo soy una dramática y una insegura… ¡el susto que me he pegado! Si casi me he bebido el gin tonic de un sorbo… Estos malos entendidos van a acabar conmigo.

Marga: “¡Ah bueno! ¿Solo es eso? Pues no es para tanto. Me habías preocupado.”

Paco: “¿Qué no es para tanto? Resulta que la cuando Carmen tuvo que vender la casa del pueblo, el Juzgado tardó 6 meses en darle la autorización y para hacer la aprobación judicial de la herencia de sus padres tardaron casi cuatro meses. Además del lío que supone que hay que buscar primero el comprador y luego que este se espere a que den el permiso para la venta, además de tener que llevar una tasación y no sé cuántos líos más.”

Marga: “Perdona Paco, no te he entendido muy bien. ¿Qué primero hay que buscar el comprador y luego se pide el permiso para vender? Eso no tiene mucha lógica. Además, si dices que tardan 6 meses en dar el permiso, el comprador se cansará de esperar y buscará otra cosa.”

Paco: “Si, si, eso pienso yo. Por lo que me ha contado, el proceso es el siguiente:

  • Tienen que nombrar un defensor judicial a Carlitos, puesto que Carmen tiene intereses en la herencia no puede ser ella.
  • Luego hacer el procedimiento judicial. Que lleva unos cuatro meses.
  • Luego inscribimos en el Registro de la Propiedad.
  • Una vez que tengamos eso, buscamos comprador y acordamos el precio.
  • Con su oferta vamos al Juzgado, con una tasación, y se pide permiso para vender.
  • Una vez que nos lo den, podremos hacer la venta; después de seis meses.
  • Y lo que no sé es si esto hay que hacerlo con cada uno de los bienes.

Vamos, que de vender rápido y olvidarnos del tema, nada de nada.»

Marga: “Joder, joder… Yo recuerdo que Maca algo nos había contado, pero o yo no la entendí bien o no me lo explicó así.”

Paco: “He llamado a su despacho, pero me dicen que no está; que está de vacaciones y que como es ella la que lleva el asunto, no hay nadie allí que me pueda orientar…”

Marga: “Bueno, eso es normal. Tampoco es que sea una urgencia, y la mujer también tiene derecho a vacaciones…”

Paco: “Si, bueno, es verdad. Pero es que me he puesto muy nervioso con el tema. Por eso te he llamado. Lo mismo no es para tanto y puede que nos lo dijeran, pero hasta ahora no he sido consciente. Siento haberte agobiado en tus vacaciones. En fin, será que te echo de menos…”

💭 ¡Ay que mono es este chico!

💭 Y yo dudando del pobre, si no es capaz de matar una mosca.

La aprobación judicial de la herencia2020-09-03T08:29:59+00:00